Víctima de intimidación sin fin, Aito Eyama sufre las constantes burlas y golpizas de sus compañeros. Sin embargo, a través de un giro fortuito de los acontecimientos, recibe unas extrañas invitaciones para el “Juego del Cautiverio”, donde la victoria promete una riqueza increíble. Para participar, debe aceptar el papel de captor y elegir una víctima para encarcelarla durante un mes. Para Eyama, la única opción es Aya Kirishima, el cabecilla de sus matones y la fuente de todo su sufrimiento. Las reglas del juego son simples: el carcelero puede hacer lo que le plazca con su recluso prohibiendo el asesinato; pero para ganar el juego, la identidad del captor debe permanecer oculta. Exención de la ley, una celda aislada y los fondos para comprar suministros: se proporcionan todas las herramientas necesarias.
Mientras Eyama administra su venganza sádica y su retribución “divina”, se encuentra con otros captores, cada uno con sus propias agendas ocultas. Mientras tanto, Aya se niega a ser una prisionera obediente y hará todo lo posible para escapar del cautiverio. Sin embargo, sus esfuerzos amenazan con despertar una oscuridad enterrada dentro de Eyama que anhela ser desatada.
